Wolfgang
Alexander Zaugg sembró el pánico en Suecia entre el 3 de agosto de 1991 y el
día de su detención el 12 de junio de 1992, al cometer una serie de atentados
xenófobos contra inmigrantes. Un total de 11 personas fueron sus víctimas, las
cuales recibieron los disparos de un rifle con mira láser en la mayoría de los
casos, de ahí su apodo de “lasermann”.
La única víctima mortal fue un
estudiante iraní, que murió el 9 de noviembre de 1991, un día después de
recibir el disparo que a la postre le mataría.
De padre suízo y madre alemana,
inmigrantes que fueron a buscarse la vida a Suecia, Zaugg cambió su nombre por
el de John Wolfgan Alexander Stannerman en 1978 para poco después obtener la
ciudadanía sueca.
Ya de joven tenía un carácter
difícil, envuelto en continuas broncas. Tenía ideales muy conservadores y empezó
a odiar cualquier idea anticapitalista. Pronto se vio viviendo en la calle,
culpando a la socialdemocracia y en concreto al presidente Olof Palme de su
desgracia.
Al inicio de la década de 1980,
Stannerman ya era un inquilino habitual de los calabozos policiales por agresiones,
pequeños hurtos y estafas, hasta que en una ocasión fue ingresado en un
psiquiátrico a la fuerza, después de que se le diagnosticaran problemas mentales.
A pesar de su trastorno paranoide cumplió
el servicio militar y allí pudo aprender a manejar numerosas armas. Durante su
estancia en el ejército su inestabilidad mental se agravó y tuvo numerosos
arrestos por enfrentamientos con compañeros, insubordinación y demás
altercados.
El 11 de junio de 1985 fue condenado
por múltiples agresiones, pero el mismo día que ingresaba en prisión se fugó.
Fue capturado al poco tiempo y tres días después nuevamente se escapó.
En diciembre de 1985 fue nuevamente detenido
y esta vez se le ingresó en la prisión de máxima seguridad de Kumla. Durante su
estancia conoció a un conocido terrorista ultranacionalista croata, Miro
Baresic, que cumplía condena al estar involucrado en el asesinato de un
embajador yugoslavo en Estocolmo. Su contacto con Baresic hizo acrecentar sus
ideales xenófobos y extremistas.
En 1986 se cambió de nuevo el
nombre; esta vez se llamaría John Wolfgang Alexander Ausonius y poco después
salió en libertad. Tras una fugaz estancia en el extranjero retornó a Suecia,
trabajó y adoptó un buen comportamiento, ahorró dinero y tuvo fortuna en la
inversión que realizó en bonos suecos.
La crisis económica que sufrió
Suecia a finales de los ochenta y principios de los noventa, hizo que
Stannerman perdiera sus inversiones, además de dilapidar sus ahorros en el
juego en 1989.
Después
de perder su piso en 1990 se vio otra vez viviendo en la calle, volviendo a
cometer pequeños robos para acabar atracando bancos, con armas que había
adquirido en Bélgica. Así, alternaba los atentados contra inmigrantes con los
atracos a entidades bancarias.
Finalmente, Ausonius fue detenido
después de atracar un banco y finalizó así la carrera criminal de uno de los
mayores criminales de la historia de Suecia.
Actualmente cumple una condena de
cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad de Osteraker.
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