Nacido el 1 de diciembre de 1961
en Essen (Alemania). Ingeniero informático de profesión. Desde muy joven
deseaba probar la carne humana. No fue hasta la muerte de su madre en 1999, con
la cual vivía en Rottemburgo, cuando dio rienda a suelta a sus fantasías más
oscuras, comenzando a frecuentar foros en internet relacionados con el
canibalismo y la violencia. Por estos canales conoció a Bern Jürgen Brandes, un
ingeniero de Berlín, un hombre bisexual que sentía una especial atracción por
el sadomasoquismo, pero sus fantasías que mezclaban sexo y violencia iban más
allá: quería ser comido.
Se citaron un fin de semana de
marzo de 2001, durante el cual tuvieron relaciones sexuales, pero Brandes no
disfrutaba, necesitaba que le infligieran dolor, quería llegar a sentir el
placer máximo. Tras una conversación le pidió a su amante que le cortara el
pene. Meiwes accedió. No solamente quería eso, sino que seguidamente quería que
lo cocinase para comerse su propio miembro, pero no quedó comestible y se
decepcionó. Después de tomar un baño, Brandes caía inconsciente. Acto seguido,
Meiwes le cortó el cuello y descuartizó el cuerpo. Preparó un trozo de carne,
la sirvió en su mejor vajilla, y la
comió a la luz de las velas, acompañada de un buen vino tinto. Todo quedó
inmortalizado en una grabación de video que realizó el propio caníbal.
Los meses siguientes al crimen,
Meiwes buscó a nuevas víctimas, que como Brandes desearan ser comidos. Varios
cientos de personas estaban dispuestos a ser devorados por otro ser humano. En
los foros, contaba que había ingerido carne humana, así que fue denunciado por
un estudiante austriaco horrorizado. Un año después del asesinato, el caníbal
fue detenido. Se encontraron en el congelador de su casa, varios trozos de la
carne de Brandes.
El juicio no estuvo exento de
polémica, ya que fue un caso nunca visto hasta entonces. Se cometió un
asesinato de mutuo acuerdo entre agresor y víctima, lo que lo convertía en una
especie de eutanasia, cuya pena máxima era de 5 años de prisión, aunque
finalmente fue condenado a cadena perpetua por cometer un asesinato con fines
sexuales.
Los informes psiquiátricos
forenses declararon que Meiwes padecía un grave trastorno de las preferencias
sexuales pero era capaz de controlar sus impulsos. No haría nada en contra de
la voluntad de otra persona, por lo que no se le consideró un peligro para la
sociedad.
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