El asesino en serie Guillermo
Álvarez, alias ‘el Concheto’ o ‘el karateka’, condenado por dar muerte a cuatro
personas, salió en libertad el pasado 18 de diciembre de 2015, beneficiándose
de la ley llamada “2 por 1”, la cual contempla el cómputo diario de un preso
que se encuentra en situación de prisión preventiva, como si fueran dos. El 20
de noviembre de 2015, otro asesino serial, César Humberto Ghirardi, salió en
libertad al acogerse a este nuevo precepto en el código penal argentino.
Durante la noche y madrugada del
27 al 28 de julio de 1996 en Buenos Aires, ‘el Concheto’ mató al empresario
Bernardo Loitegui en la puerta de su domicilio para robarle el coche. Horas
después, atracaba el pub Company, matando a una chica y a un policía. En
noviembre de 1998, mientras se encontraba en situación de prisión preventiva,
asesinó a otro recluso durante una pelea. El 28 de octubre de 1999, los
tribunales que le juzgaron unificaron las penas, en las que se incluyen dos
intentos de fuga, y fue condenado a reclusión perpetua, con un máximo de 25
años.
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Guillermo Álvarez Foto: El Once |
Guillermo Álvarez pertenece a
una familia de clase media-alta. Ya en su infancia creció como un niño problemático,
expulsado varias veces del colegio y el instituto. Sus vecinos lo recuerdan
matando a los gatos en la calle con un rifle de aire comprimido. Fue el líder
de una banda, los “chicos bien”, que se dedicaban al robo. Más tarde asaltaban
domicilios y se hacían con joyas, relojes y otros objetos de valor, además de
vehículos de alta gama. También asaltaba restaurantes, donde primero entraba
él, se hacía pasar por cliente y observaba. Si le parecía adecuada contacataba
con sus cómplices y o atracaban. En tan solo dos años, cuando ‘el Concheto’
contaba entre 16 y 18 años, cometió numerosos robos, atracas y los asesinatos,
emulando a su ídolo y también asesino en serie, Carlos Robledo Puch.
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