ANTECEDENTES
Las protestas de gran parte de
la sociedad estadounidense por la intervención militar de Estados Unidos en la
Guerra de Vietnam eran habituales en los años 60 y 70. No solamente hippies o
estudiantes participan en ellas, sino personas de cualquier clase social, raza,
cultura o profesión se unieron desde 1963 para mostrar al mundo que las
decisiones belicistas del gobierno no casaban con los ideales de buena parte de
sus habitantes. El momento más álgido de dichas manifestaciones se produjo tras
la masacre de My Lai, en 1969, cuando el gobierno ocultó a la población durante
meses que una unidad del ejército en Vietnam había ejecutado a más de 500
civiles inocentes de una aldea, en un acto genocida. Así, a finales de la
década de los 60 e inicios de 1970 la sociedad estadounidense se encontraba en
la cota más alta de crispación.
Tras ser elegido presidente
Richard Nixon en 1968, prometió acabar con la Guerra de Vietnam durante su
mandato pero esta promesa no llegaba, y lejos de materializarla, Estados Unidos
comenzó el año 1970 con incursiones en Camboya y Laos. En respuesta a esta
decisión, las protestas y manifestaciones masivas no tardaron en reanudarse,
tras anunciar el presidente por televisión dicha invasión, el 30 de abril. A la
mañana siguiente, unos 500 estudiantes de la Universidad de Kent (Ohio),
iniciaron una protesta en el campus. El nivel de agitación era máximo y los
disturbios por la ciudad no tardaron en llegar. La policía tuvo problemas para
controlar a la multitud que descargó su ira contra las fuerzas del orden. El
alcalde la ciudad tuvo que pedir ayuda al gobernador del estado.
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Disturbios en el campus de la Universidad de Kent, 04-05-1970 © Bettman/Corbis |
El 2 de mayo continuaron las
manifestaciones, y para evitar males mayores fue enviada la Guardia Nacional.
Pero lejos de apaciguar los ánimos, se calentaron más. Algunos manifestantes
prendieron fuego a un edifico del campus universitario, mientras agredían con
piedras a bomberos y a los miembros de las fuerzas de seguridad. Los comercios
de la ciudad de Kent cerraron ante la avalancha de disturbios que se estaban
ocasionando.
El domingo 3 de mayo los
manifestantes dieron una tregua por la mañana pero durante la tarde se
iniciaron nuevas manifestaciones. La Guardia Nacional empleó gases lacrimógenos
para disolverlas. El alcalde de Kent ordenó el toque de queda y se puso en
práctica a las 23 horas, obligando a los participantes a recluirse, algunos de
los cuales fueron heridos por las fuerzas del orden.
EL DÍA FATAL
El lunes 4 de mayo estaba
prevista una manifestación que fue prohibida por las autoridades. Se estima que
unas dos mil personas se concentraron en el campus universitario. La Guardia
Nacional empleó gases lacrimógenos, recibiendo una lluvia de piedras como
respuesta. Seguidamente, las bayonetas calaron en los rifles y avanzaron, obligando
a retroceder a la multitud y a dispersarse, pero un grupo reducido de
manifestantes siguió gritando improperios a los miembros de la Guardia Nacional
y lanzando piedras. Cuando la situación parecía estar controlada, de repente
varios soldados se arrodillaron en fila y comenzaron a disparar con sus rifles.
Cuatro personas murieron a causa de los disparos y otras nueve fueron heridas.
Inmediatamente después de los disparos, una multitud de estudiantes se disponían
a lanzar un ataque masivo contra los militares pero gracias a la intervención
de profesores y funcionarios de la universidad, lograron convencerlos de no
hacerlo. Minutos después, los estudiantes abandonaron el lugar, al igual que la
Guardia Nacional, mientras las asistencias médicas se quedaron auxiliando a los
heridos.
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Mapa del campus de la Universidad de Kent. Representación del momento de los disparos. |
CONSECUENCIAS
Las críticas sobre las
autoridades y la Guardia Nacional no se hicieron esperar. Los incidentes
provocaron una huelga estudiantil en todo el país y numerosas manifestaciones. Cinco
días después de los tiroteos, 100.000 personas se manifestaron en Washington DC,
en contra de la guerra y repulsa por los hechos ocurridos en Kent.
Ocho de los guardias fueron
acusados por un jurado pero la causa se archivó, según el juez que la instruyó
porque era una acusación demasiado débil. Un miembro de la Guardia Nacional
alegó que lo hicieron porque sintieron que su vida corría peligro y que un
francotirador se encontraba en el lugar disparando sobre ellos, pero ningún
testigo avaló esta declaración.
En 2007 Alan Canfora, un
estudiante herido en las manifestaciones, encontró en la biblioteca de la
universidad, una cinta que recoge el audio en el momento del suceso. La
grabación fue realizada por Terry Strubbe, un estudiante de comunicaciones en
la Universidad de Kent durante el suceso, quien puso una grabadora y un
micrófono en la ventana de su dormitorio con orientación al campus. La
grabación dura 30 minutos y se puede escuchar como alguien da la orden de
disparar. Así lo determinaron dos expertos forenses ingenieros de sonido. Pero
el Departamento de Justicia de los Estados Unidos determinó en 2012 que “hay
barreras legales y probatorias” para reabrir el caso. También el FBI concluyó
que las voces son ininteligibles y que los audios podrían corresponder a
portazos.
Actualmente, las familias de las
víctimas luchan para que el gobierno de los Estados Unidos rinda cuentas por la
masacre, mientras cada año se celebra un memorial anual, cada 4 de mayo en la
Universidad de Kent.
- Grabación de
audio de Terry Strubble en CNN, DOJ Refuses to Reopen Kent State Shootings Case
https://www.youtube.com/watch?v=d1GdbZuhWvI
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