Los Mossos d’Esquadra le seguían la pista
desde hace tiempo. Ramón preparaba presumiblemente su huida a Paraguay, país de
origen de su actual esposa y al cual envió numerosos objetos en el mes de
febrero. Tenía su vivienda habitual en venta y el bar que regentaba se
encontraba en situación de traspaso. Además tenía en su poder el móvil del
desaparecido, con el que habría hecho algunas llamadas, una de ellas al Diari
de Tarragona haciéndose pasar por Mauricio, en la que indicaba que tanto él
como Julia estaban bien y que no querían que les buscaran. La policía catalana
en un registro efectuado en el domicilio del acusado en Els Pallaresos
(Tarragona), encontró bastante dinero en metálico y el teléfono. Laso hizo creer
a los hermanos de Julia Lamas y su entorno que los desparecidos habían huido
juntos.
La Unidad Central de Desaparecidos de los
Mossos puso mucho empeño en el caso y lograron convencer a los tribunales que
Ramon mató a la pareja y los había hecho desaparecer. Alegaron que Maurici
estaba delicado de salud y necesitaba medicación a diario, y no existe ninguna
prescripción médica hasta la fecha. Tampoco había ningún rastro vital de los
dos.
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Ramón Laso en un momento del juicio Foto:ACN/Roger Segura |
Así, Laso quitó de en medio a su pareja porque
le estorbaba, ya que tenía una relación con Mercedes, hermana de Julia, que fue
quien denunció su desaparición, aunque el móvil también pudo ser económico. A
Mauricio lo habría matado para dificultar más la investigación y parecer que
tenían una historia sentimental y que se habrían fugado.
A pesar de la intensa búsqueda de los mossos
–incluso se utilizó un georadar- para intentar dar con los cuerpos de Mauricio
y Julia, hasta la fecha no han sido localizados.
INICIO
DE LA CARRERA CRIMINAL
El acusado asesinó en 1988 a su mujer,
Dolores Camacho, de 25 años, estrangulándola y abandonando su cuerpo en las
vías alrededor de L’Aldea (Tarragona), para simular un suicidio. El tren la
decapitó. Ocho meses más tarde provocó un accidente de circulación en el que
murió su hijo Daniel, de 6 años. A causa de este “accidente” cobró del seguro
3,5 millones de pesetas.
El criminal fue condenado en 1993 a 57 años
de prisión, pero valiéndose de los beneficios penitenciarios contemplados en el
Código penal anterior, en 1999 obtuvo la libertad provisional, a pesar de que
los informes psiquiátricos del juicio determinaron que era un psicópata muy
peligroso.
CONDENA
En octubre de 2014, la Audiencia
de Tarragona condenó a Ramon Laso a una pena de 30 años de prisión por dos
delitos de homicidio, siendo el único condenado en España sin hallarse los
cuerpos de las víctimas, ni pruebas biológicas y sin obtener confesión del
acusado.
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