En pocos meses, el parque
boscoso moscovita de Bitza se convirtió en un peculiar cementerio. En octubre
de 2005 se encontró el primer cuerpo de un hombre asesinado. Un mes después
otro, a las dos semanas otro…así hasta contar con un total un total de siete
cadáveres hallados. Rápidamente los investigadores se percataron de que los hombres
habían sido asesinados por la misma persona, puesto que todos presentaban los
cráneos fracturados por un objeto contundente.
Desde aquel momento las
autoridades se pusieron en alerta y ante el temor de que el asesino volviera a
matar, la presión sobre la brigada criminal de la policía moscovita, no se hizo
esperar. Asignaron muchos medios personales para tratar de dar con el asesino.
Numerosos agentes y especialistas fueron destinados a la investigación. Además
doscientos policías se encargaron de vigilar el parque Bitza e interrogar a
cualquier persona sospechosa que frecuentara el lugar. Y como no, el asesino
volvió a actuar.
En junio de 2006, se encuentra
en el parque el cadáver de Marina Moskalyova, una mujer de 48 años, asesinada
de la misma forma que los anteriores hombres. Los investigadores encuentran en
un bolsillo de su abrigo un billete de metro, por lo que comprueban las
grabaciones de las cámaras del suburbano. Al mismo tiempo se le toma
declaración al hijo de Moskalyova, quien revela que su madre había salido el
día que la asesinaron con su novio, un tal Alexander. Al parecer, Marina
intentó llamar a su hijo para decirle que iba a salir, pero su teléfono móvil
no funcionaba, por lo que dejó una nota con el número de teléfono de Alexander.
Esta pista junto con el vídeo del metro, -cuyas imágenes mostraban a Marina
junto a Alexander andando por el interior de una estación moscovita- llevaron a
los agentes a detener a Alexander Pichushkin.
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Alexander Pichushkin |
En un principio, Pichushkin
niega los cargos de asesinato de los que le acusaba la policía, pero poco
después confiesa y admite ser el autor de los crímenes, pero no de todos los que
se le acusa, sino que cuenta haber matado a 61 personas, aunque por el momento
sólo se habían encontrado 15 cadáveres, algunos después de la confesión y
reconstrucción de los hechos por parte del asesino. En dicha reconstrucción,
además, declaró haber matado y arrojado a 43 personas por las alcantarillas, y
que empezó a matar en 1992. Su primera víctima fue un compañero de instituto.
También asesinó a un niño sin hogar de 9 años, aunque la mayoría de sus
víctimas eran hombres vagabundos, y a casi todas las había convencido con algún
pretexto para que le acompañaran al parque Bitza, donde los mataba a golpes con
un martillo. Solamente a un vagabundo lo mató de forma diferente, arrojándolo
por un balcón.
Durante un momento de los
juicios al que fue sometido y que comenzaron el 10 de septiembre de 2007, se le
preguntó si se arrepentía por los asesinatos cometidos, a lo que contestó que
de lo único de lo que se arrepentía era de no haber matado a tres personas más,
ya que quería finalizar su particular carrera criminal con matar a tantas
personas como número de casillas cotiene un tablero de ajedrez, es decir 64.
El 29 de octubre de 2007
Alexander Pichushkin fue declarado culpable de 48 asesinatos y tres tentativas
de asesinato por un tribunal ruso y condenado a cadena perpetua.
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