El joven enfermero de 28 años, no hacía honor a su apellido.
Detenido el 11 de noviembre de 2005, se le acusó de asesinar a cuatro niños y
el intento de asesinato de otros cuatro, enfermos de leucemia, SIDA y otras
dolencias. Su modus operandi era provocar una parada respiratoria sobre niños bajo
su cuidado en el lnstituto de Puericultura y Pediatría Martagao Gesteira, en Río
de Janeiro.
Abraao inyectaba a los niños un cocktail de medicamentos
compuesto por sedantes, barbitúricos y bloqueadores musculares para provocarles
una parada respiratoria. Después pedía ayuda médica. Se proponía llamar la
atención y ganar prestigio médico.
Los crímenes fueron investigados después de que unos 15
menores sufrieran paradas respiratorias en un periodo corto de tiempo,
empeorando su ya delicada salud. Para ello una doctora lo estuvo vigilando
hasta que fue descubierto. El día de su detención se le encontró en una bolsa
de su propiedad los medicamentos que suministraba a los menores.
En el juicio, la defensa de Bueno argumentó frívolamente que
el enfermero mató a personas que debido a sus enfermedades ya estaban
condenadas a morir. Finalmente, el 15 de mayo de 2008, un tribunal federal
brasileño lo condenó a 110 años de prisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario